martes, 4 de octubre de 2016

unidad 3 EL PROYECTO DEMOCRÁTICO Y LA REALIDAD SOCIO- POLITICA

PROYECTO DEMOCRÁTICO Y LA REALIDAD SOCI-POLITICA

 El Gobierno de Hugo Chávez. Fue electo en 1998 por los partidos: Movimiento V República (MVR), Causa R, MAS, PPT, y otros partidos. Durante la campaña electoral el actual presidente insistió en la necesidad de promulgar una nueva constitución nacional. El pueblo así lo entendió y le concedió un amplio apoyo absoluto al elegir las personas que integrarían la Asamblea Nacional Constituyente, como cuyo objetivo era redactar la nueva constitución. El nuevo texto constitucional se ratificó mediante un referéndum celebrado el 15 de diciembre de 1999. El 30 de julio del 2000 es llamado nuevamente el pueblo para una consulta electoral y Hugo Chávez Frías resulto elegido de nuevo para un período de 6 años. 

 Proceso Político

. Gobierno de democracia participativa (realización de dos referéndum) Promulgo la constitución de 1999 en la cual se elevo el período presidencial a 6 años y se permite la reelección inmediata. Fue ratificado en julio del 2000 como presidente de la República. Varias marchas y concentraciones tanto de la oposición como del oficialismo. Sucesos que conmocionaron al país: como los asesinatos de “Puente LLaguno” (11/04/2002), en la Plaza Francia Altamira (06/12/2002) y Paseo los Ilustres (03/01/2003). Un gran sector de la población se plegó al paro nacional convocado por FEDECAMARA y la CTV desde el 2/12/2002, al cual se unieron los trabajadores de PDVSA, hasta comienzo del 2003. En el 2003, se solicita la activación de un nuevo mecanismo constitucional para la revocatoria del mandato de funcionarios públicos electos popularmente. La moneda sufrió una fuerte devaluación. Se estableció un control cambiario regulado por la comisión de administración de divisas (CADIVI). 


Sucesos de 11 de Abril de 2002

 Luego de una marcha organizada por sectores opuesto al gobierno y la muerte de varias personas en la calle cerca del palacio de Miraflores, un grupo de militares y civiles depusieron al presidente Hugo Chávez e instauraron un gobierno que se autodenomino de transición, presidido por Pedro Carmona Estanga. Los poderes públicos fueron disueltos y los gobernadores y alcaldes de país fueron destituidos. Finalmente, otro grupo de militares y civiles exigió el respeto a las instituciones y a la constitución. Carmona dejo el poder y Hugo Chávez reasumió la presidencia de la República. 

 Auto juramentación de Pedro C armona Estanga 
 El Neoliberalismo como ideología
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 El modo más sutil que puede arbitrar una ideología para imponerse y perdurar es proclamar la muerte de las ideologías y mostrarse bajo otro semblante. Por ejemplo, la ciencia es lo que sucedió por casi un siglo con el positivismo. La ciencia positiva hace las veces de la política, la filosofía y la tecnología, siempre como evidencia apodíctica y sagrada. Eso pasa hoy con el neoliberalismo. Es un modo de practicar la economía política que está alcanzando vigencia planetaria. Pero el que esta práctica haya logrado imponerse no significa la convalidación de sus postulados; solo atestigua la contundencia de los medios (tanto políticos como económicos). Se han demostrado que los organismos de decisión política o administrativa no obedecen al tipo de comportamiento al puesto que postuló, con cierta ingenuidad, el intervencionismo económico del siglo XX. 

 El Neoliberalismo como ideología político
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 El postulado principal del neoliberalismo es que la competencia pone a funcionar hasta el tope las energías latentes en los individuos que conforman el todo social. Y así la extrema movilidad que se genera, tras una etapa dolorosa de ajustes, provoca una necesidad de bienestar. El estado no puede sobreproteger el pueblo.

 El neoliberalismo como propuesta económica. 

 El neoliberales es una óptima filosofía que tiene ramificaciones en todos los campos de las ciencias sociales los neoliberales se dedican a ensalzar la competencia capitalista, afirmando que el mecanismo de esta ultima garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas. Una peculiaridad del neoliberalismo es que combina la exaltación de la libre competencia y de la restauración automática del equilibrio con el reconocimiento de la necesidad de la intromisión del estado en la economía. La argumentación del neoliberalismo es que la libre competencia es el estado ideal de la economía, pero no siempre puede ponerse en vigor, porque los monopolios la contrarrestan. 

 Características del Neoliberalismo Económico.

 Según el escritor venezolano Fernando Salas Falcón: Defiende un mercado alternativo competitivo. Acepta la introducción del estado en la economía, como arbitro o promover de la libre competencia. Se opone al acaparamiento y a la especulación. Se opone a la formación del monopolio y oligopolios. Se oponen a la fijación compulsiva de salarios por el estado. Se opone a la creación compulsiva de empleo. Se opone al gasto público democrático. Defiende el libre comercio internacional. 

La Revolución Social.

 Un compromiso de todos para combatir la pobreza, la inseguridad: Educación para ciudadanía y la producción. Formar un ciudadano sano y eficiente protegido. Trabajar por una vivienda y un hábitat digno para todos. Luchar por la equidad y la dignidad de todos los venezolanos. Nota: la población demanda creciente servicios de educación, salud, vivienda, seguridad recreación, transporte… la clase media, antes poderosa y en crecimiento, actualmente esta debilitada. Obtener un titulo universitario ya no es garantía de movilidad social; aumenta la marginalidad y la pobreza. Se detecta problemas graves de desnutrición infantil y han insurgido nuevamente en el país endemias como paludismo y cólera. La corrupción se ha extendido a toda la estructura del gobierno y alcanza hasta instituciones sindicales, profesionales, gremiales, empresariales. La situación de pobreza en que se encuentra la gran parte de los venezolanos impide la creación de riqueza y comprometen nuestra estabilidad política y social. Por eso, la erradicación de la pobreza es una tarea esencial para edificar un país prospero. Con armonía social y verdadera democracia. Por eso el presidente de la República Hugo Chávez dijo el 28 de mayo: “Vengo a convocarlos para un verdadero salto hacia el siglo XXI”. Mencionaba el presidente; “los resultados de la política económica de mi gobierno estará estrechamente vinculado a los objetivos sociales. La participación de la sociedad en un proyecto centrado en mejorar el nivel y calidad de vida de la gente. En mi gobierno se producirán más y mejores servicios, en una acción coordinada e iniciativa privada.” 

La Revolución Económica

 Confianza, estabilidad, crecimiento económico y empleo. Estabilidad, prosperidad y empleo. La difícil coyuntura económica actual: punto de partida de grandes cambios: Lineamientos de política macroeconómica. La reactivación económica y las políticas sectoriales. Política industrial y comercio exterior. Industria petrolera y política energética. El papel del sector construcción. Energía eléctrica. Telecomunicación. Tienen que desaparecer el estado empresario, el estado productivo, para convertirse en un estado diseñador de políticas regulado y controlado, prestando servicios dirigidos a mejorar una calidad de vida del ciudadano. Se notan importantes cambios en la orientación económica. A través de un proceso de privatización de las empresas públicas. La economía venezolana seguirá fundamentándose en nuestro principal recurso natural: el petróleo, el reto planteado es saber aprovechar la renta petrolera para lograr el desarrollo de los demás sectores productivos y una mejor calidad de vida del venezolano. La Revolución descentralizada. Para el desarrollo sustentable: Ambiente. Control de calidad ambiental urbana Ordenamiento del territorio. Conservación de recursos naturales renovables. El agua. Política de apoyo al sector agrícola. Desarrollo del potencial turístico. Infraestructura y servicios públicos. Visión Prospectiva. Pensamos que entramos en el siglo XXI con una visión realista de nuestra situación. En este sentido se adelantan políticas que deben profundizarse y consolidarse, como las siguientes: Reforma del Estado: este es uno de los grandes retos que se ha propuesto el gobierno venezolano percibido por el presidente Hugo Rafael Chávez Frías ya que ello le permitiría desarrollar acciones concretas destinada a realizarlos; sin embargo la reforma implica cambios en los órdenes político, administrativo, jurídico, económico, social y educativo - cultural. Los temas principales que tienen planteado la reforma son los siguientes: La reforma de Constitución de la República: esto es fundamentalmente, porque en ella quedaría establecido el marco y normativas generales sobre el cual debe producirse la reforma del estado. La Descentralización: implica cambios en la concentración del poder político y en la administración del estado. Lo apoyan cuatro instrumentos legales muy importantes: Ley de elección y renovación de gobernadores. Ley orgánica de régimen municipal. Ley orgánica de descentralización y transferencia de competencia del poder público, reforma de la ley orgánica del sufragio. Ley orgánica del consejo de la judicatura. En lo educativo - cultural: el plan de acción de Ministerio de Educación y Deporte, en la administración del presidente Hugo Chávez, se plantea de manera concreta: “el estado debe mantener su rol histórico en cuanto a responsable de las grandes directrices que orientan el proceso educativo permanente de la nación y en cuanto garante de su aplicación…”. El estado debe ser el eje de la sociedad educada, puesto que esa es una de sus responsabilidades esenciales, pero aceptando que los agentes educativos son y deben ser múltiples. Política Exterior: la globalización económica y homogenización cultural son razones poderosas para que nuestro país desarrolle en el nuevo milenio una política exterior creativa, que le permita participar con éxito en ese proceso, a riesgo de quedarnos atrapado en el pasado. Los Paridos Políticos: son fundamentales para el funcionamiento del sistema democrático, pero es necesario que se modernicen y se pongan en sintonía con la sociedad civil. El partido político invadió casi todas las actividades del ciudadano venezolano. Es necesario que definan muy bien sus campos de acción, que sean verdaderos instrumentos para canalizar las luchas sociales y promover los cambios de la sociedad. Modernizar el Poder Judicial: desde un primer momento el presidente de la República hizo énfasis en que era una necesidad de su gobierno hacen grandes cambios en el poder judicial, para asegurar y profundizar la vigencia de un estado democrático de derecho, que equilibra el funcionamiento de las distintas normas del poder público.

 El poder judicial, 

como administrador de la justicia, es la llave de todo sistema democrático. “Tenemos planteamiento y hay que hacerlo, actualizar y modernizar el ordenamiento jurídico, garantizar, la plena autonomía del poder judicial y al profesionalización y despartidización de la administración de justicia.” Hemos adelantado en esos cambios con la promulgación del nuevo código procesal penal, la ley orgánica de procedimiento administrativo, la ley orgánica de salvaguardia del patrimonio público, ley de carrera judicial, ley del poder judicial y la ley orgánica del consejo de la judicatura. El ciudadano clama por un mejor funcionamiento de la justicia en el país. Mientras ello no ocurra viviremos una democracia incompleta. Eso es uno de los grandes retos de la República Bolivariana de Venezuela y del gobierno del presidente Hugo Chávez para el siglo XXI. Los colegios de abogados y los abogados tienen el compromiso de luchar por el rescate del prestigio del ejercicio de su encomiable profesión. En lo Jurídico: la corrupción en la administración de justicia es evidente y es uno de los principales vicios que atenta contra la estabilidad de las instituciones democráticas. Es por ello que en este gobierno se ha luchado incansablemente sobre este problema. El resumen de los elementos de la crisis son una realidad; pero no son apocalípticos, frete a ellos se cuenta con un elemento humano capacitado; recursos naturales en abundancia, infraestructura industrial, de comunicación y transporte, planes educativos… que permitirán al país salir triunfantes de esta situación. DEBATES IDEOLÓGICOS POPULARES En principio, la misma profundización del debate en el seno de las comunidades habrá de ir generando las nuevas formas de organización política y estrategias de coordinación con los demás actores de la sociedad. Preferimos hablar de "coordinación" y no de "conducción", para cerrarle el paso al virus del burocratismo, reproductor de las viejas formas de dominación que es necesario desmontar. Es el mismo género de dominación del funcionario sobre el ciudadano, del profesional sobre el que "no sabe nada", del hombre sobre la mujer, hasta llegar a la explotación que ejerce el patrono sobre el trabajador, que es la relación de dominación fundamental del sistema capitalista. Particularmente estoy convencido de que el proceso de formación del PSUV ofrece muy buenas lecciones acerca de "cómo no se debe proceder" para no repetir los mismos errores del pasado. Experiencias recientes señalan prácticas de nombramiento "a dedo" de los jefes partidistas, directrices centralisas y excluyentes, líneas autocráticas y prácticas nepotistas y hegemónicas en la formación de cuadros dirigenciales de estas unidades de base popular. Todo esto ha devenido en un desencanto y disminución creciente de la militancia, lo que ha minado la participación y vitalidad de los batallones e incrementado la ineficiencia del partido para llevar adelante los futuros retos de esta organización partidista. NUEVO ESCENARIO, NUEVA CONSCIENCIA. El nuevo escenario que planteamos supone el liderazgo del comandante presidente, con el apoyo de un equipo de colaboradores de probada conciencia revolucionaria, actuando como "facilitador" del proceso de construcción colectiva del modelo socialista, hacia el que hemos de ir avanzando progresivamente. Chávez debe aprender a poner en práctica la antigua mayéutica socrática, que no era otra cosa que el arte de "ayudar a parir" de las comadronas. El estilo de mando del jefe militar que da órdenes terminantes a su pelotón, debe reservárselo para tareas puntuales y de emergencia, y no para una tarea tan compleja como la maduración de una conciencia y una práctica socialista a nivel nacional. Esto amerita paciencia, autodisciplina para dejar hablar y saber escuchar, y una metodología de sistematización de la experiencia colectiva que permita recopilar y estructurar las propuestas de manera efectiva. Los problemas locales servirán, en un primer momento, de materia prima ó insumos socio políticos, factores desencadenantes de un proceso de evolución endógena, que permitirá a los involucrados cobrar conciencia de su situación socio-política concreta y de la necesidad de construir colectivamente las respuestas teóricas y soluciones prácticas a sus problemas. Pensamos que un tema como el de la reforma constitucional, tendrá que ser dejado en un segundo plano, por ahora. En lo sucesivo, temas estructurales como la inseguridad, la producción y el empleo habrán de ser el pivote central de cualesquiera estrategias públicas para incentivar la parcipación popular. Han de pulsarse muy bien los temas que la gente percibe como prioritarios. El otro tema: La producción y el abastecimiento. Se debe ir hacia una Red Nacional de Consumidores de la mano de los consejos comunales. La sola activación de una dinámica de esta naturaleza ya implicaría un salto cualitativo importante. Una reestructuración de las relaciones de poder para hacerlas cada vez más horizontales. En pocas palabras, su puesta en marcha significaría la emergencia de un estado de conciencia socialista en un número cada vez mayor de ciudadanos y comunidades. LA OPOSICIÓN: ENTRE SU PROPIO DESCONCIERTO Y EL DESENCANTO POPULAR. No hay que perder de vista que la oposición va a estar actuando simultáneamente para desactivar cualquier intento de organización popular desde las bases, (incluso desde el interior de las instituciones del Estado); ello lo hará para infiltrarlo, para desviarlo, pero estos mismos intentos deberán ser aprovechados como catalizadores de las respuestas tácticas y organizativas del pueblo. De este mismo proceso de construcción colectiva del poder constituyente y de eventual diseño de una nueva Constitución, irán emergiendo iniciativas concretas de contraloría social, de planificación comunal, de desplazamiento de autoridades ineficientes o corruptas. Y lo que es más importante, de reemplazo progresivo de la burocracia clientelar por las estructuras de coordinación popular para la administración de lo público que el empoderamiento de las comunidades irá produciendo. Pero insistimos, sólo el ejercicio del poder constituyente por las comunidades populares organizadas, hará posible el nacimiento de la más auténtica Constitución Revolucionaria que ninguna manipulación oligárquica ni coacción imperialista podrán arrebatarnos. La histroia nos observa,... 

 LOS 5 MOTORES DE LA NUEVA ETAPA REVOLUCIONARIA: POSIBILIDAD PARA HEGEMONÍA POPULARIMER MOTOR: LEY HABILITANTE.

 Definitivamente, desde el mismo momento que Chávez asume la presidencia de la República en 1999, las mayorías populares asumieron su Proyecto de País como de su pertenencia; y de igual manera, desde entonces, los sectores minoritarios que siempre han ostentado el poder económico e influían de manera determinante sobre el poder político en el país, han sentido que dicho proyecto entra en contradicción con sus intereses; y el hecho de que esos sectores de la oligarquía —con el estímulo imperialista— hayan enfrentado el gobierno de Chávez y —no obstante los resultados electorales del 3 de Diciembre 2006— lo sigan haciendo, a riesgo incluso de los privilegios que injustamente aún poseen (Ej.: Concesión de la televisora Rctv-Canal 2) establece la anterior afirmación como verdad irrefutable. Pero para que esa apreciación de las mayorías populares, además de perceptiva, se concrete en la realidad, hay que asumir la Propuesta presidencial de Ley Habilitante (PLH) y de de la reforma constitucional, como la oportunidad de esas mayorías para impulsar la instauración de la hegemonía popular. En ese sentido, el presidente Chávez, con el irrebatible fundamento del “…mandato otorgado contundentemente por las mayorías populares el 03 de diciembre de 2006, relativo a la dirección y el sentido social, marcadamente igualitario e inclusivo que debe distinguir las actuaciones del Ejecutivo y en general del Estado venezolano”, ha solicitado a la Asamblea Nacional , mediante la PLH, que le otorguen poderes especiales para legislar en los ámbitos de: 1. Transformación de las instituciones del Estado; 2. Participación Popular; 3. Valores Esenciales del Ejercicio de la Función Pública; 4. Económico y Social; 5. Financiero y Tributario; 6. Ciencia y Tecnología; 7. Ordenación Territorial; 8. Seguridad y Defensa; y 9. Infraestructura, Transporte y Servicios. Segundo Motor: Reforma Constitucional. La aplicación del modelo establecido en la Constitución, en sus siete años de vigencia —tal como lo ha apreciado el propio presidente Chávez— ha evidenciado, ante la realidad y las exigencias colectivas de avanzar en la construcción de la participación protagónica que la misma anuncia, algunos obstáculos, así como contradicciones inmersas en ella, como de la realidad política que se ha venido configurando en el país con la participación popular. Los obstáculos, entre otros, están representados por la todavía existencia de instancias de intermediación burocráticas, tanto sociales: como los partidos políticos; e institucionales: como las presentes en el aparato gubernamental; las cuales se interponen entre el colectivo y el verdadero ejercicio del poder por parte de las mayorías. De igual manera, resulta innegable la presencia, en la Constitución y en las leyes derivadas de ella, de algunas disposiciones, que en el campo económico se enfrentan a la construcción de una sociedad orientada a la preeminencia de los sectores populares. En tanto, que entre las contradicciones que se manifiestan en las disposiciones de la Carta Magna, se evidencian, entre otras, la estipulada en el artículo 5, según la cual “la soberanía reside en el pueblo”, quien la ejercerá en las formas previstas en esa Constitución, frente a otras disposiciones de la misma que niegan tal condición, ya que le colocan limitantes a esa facultad soberana, resultando así dichas disposiciones, antidemocráticas. Ante tal situación, el presidente Chávez ha propuesto la Explosión del Poder Comunal o Popular, la cual debe conducir a la profundización —constitucional y legal— del régimen del Poder Popular, para avanzar hacia la instauración de la Hegemonía Popular; es decir: el gobierno de las mayorías populares, que dicho sea, ya se inició con la creación de los consejos comunales, pero para su desarrollo y consolidación se amerita que a los mismos, y demás instancias similares que en los otros niveles de la sociedad se establezcan, se les dote de la suficiente capacidad para ir desplazando las estructuras burocráticas heredadas del Estado capitalista, asumiendo sus roles en una nueva concepción. ¿Quiénes son las mayorías? Fundamentalmente los venezolanos y las venezolanas pertenecientes a los denominados sectores “D” y “E” (pobres) y el denominado sector “C” (clase media baja), pero también buena parte de aquellos que —como resultado de un proceso de alienación— se creen del sector “B” (clase media alta), cuando en realidad —como dice Evo Morales— son clase a medias. Pero estas mayorías, para poder avanzar en la construcción del Poder Popular, deben interpretarse y asumirse como tales en su conjunto, y no en la perversidad divisorial y sectaria de formas como el sindicalismo o el gremialismo, que son herencias del partidismo (de parte, fracción), que si tienen razón de ser en un régimen capitalista, en uno colectivista son contrarias a la unidad y organización popular. De este modo, se habrá de establecer nuevas modalidades asociativas, cuya participación y exigencias se canalicen a través de las instancias de participación y decisión ciudadana, que al corresponder a las comunidades y formar parte todos los ciudadanos y las ciudadanas a las mismas, en ellas, desde ellas y por ellas, el beneficio colectivo implique el logro individual. Tercer Motor: Moral y Luces. Si estamos de acuerdo, en que con la reforma constitucional se aspira lograr la instauración de un modelo político-económico-social que exija el concurso de todos, de acuerdo a nuestras capacidades; y procure la garantía de que sus resultados favorezcan a los sectores sociales, en proporción a las necesidades de cada uno de los mismos (de cada cual según su capacidad y a cada quien según su necesidad), éste sólo será posible mediante el ejercicio directo del poder por parte de las mayorías, para avanzar hacia lo que conocemos —hasta ahora en teoría— como la esencia fundamental de la democracia: gobierno del pueblo (las mayorías), por el pueblo y para el pueblo —que es una enunciación griega, no lincolniana. Y si logramos encaminarnos hacia algo semejante, estaremos definitivamente construyendo el Sueño del Socialismo. ¿Cuál Socialismo? El de siempre. El mismo de la aspiración (sueño) milenaria de la humanidad de alcanzar un estadio de vida de justicia e igualdad política, económica y social. El de la revelación cristiana de que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos, porque como humanos somos iguales. Ese Socialismo que, como reiteradamente viene rescatando el presidente Chávez, proyectó Simón Bolívar 29 años antes de la publicación del Manifiesto Comunista de Marx y Engels, al exponer en 1819, que: “El mejor gobierno es aquel que garantice la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de felicidad posible y la mayor suma de estabilidad política”. Pero para que la mayor suma de seguridad social sea una realidad, tiene que incluirse a las grandes mayorías aún desterradas de tal derecho; mientras que la mayor suma de estabilidad política sólo es posible mediante la instauración de un sistema que asegure la participación directa, decisiva, efectiva y para siempre de las grandes mayorías, de modo que pueda traducirse en la mayor suma de felicidad posible. Un socialismo, que en lo económico, le dé preeminencia a las modalidades asociativas y de producción del cooperativismo, la autogestión y la cogestión; donde la iniciativa privada se enmarque en la corresponsabilidad social empresa-comunidad, de manera que además de las obligaciones impositivas tradicionales —y bajo el control del Estado—, dicha iniciativa posea responsabilidad con el desarrollo y el bienestar de la comunidad o las comunidades donde se establezca; y el Estado, por su parte y cuando así se amerite, pueda auxiliarla. En tanto que la inversión extranjera, y sólo en aquellas áreas que sea requerida para el desarrollo nacional, se dé en asociación con el Estado, de empresas de éste con otras igualmente estatales, conservando el país la supremacía en tales asociaciones, para salvaguardar la soberanía nacional. El Socialismo —en Venezuela y en cualquier parte del mundo— para que en verdad lo sea, será el resultado del continúo experimentar colectivo (inventamos o erramos) por alcanzar esa sociedad soñada, y que ahora se presenta posible, pero sólo si todos y todas llegamos a la comprensión de que para ello es necesario, definitivamente, cambiar nuestra manera de pensar sobre nosotros y los demás, para poder cambiar la manera de relacionarnos con la sociedad, y alcanzar una clara identificación y decidido compromiso con el Proyecto de País: El Socialismo. Es aquí donde cobra importancia capital la jornada de educación popular e ideológica Moral y Luces, anunciada por el Presidente, que nos debe llevar a los más altos niveles de conciencia y comprensión de nuestra responsabilidad en la construcción de la nueva sociedad. Cuarto Motor: Nueva Geometría del Poder. Se ha planteado ya la necesidad de que, más allá de los consejos comunales —que son la base fundamental para la instauración de la Hegemonía Popular— se establezcan instancias de participación y decisión ciudadana en los niveles parroquial, municipal y nacional, que vayan desplazando las estructuras burocráticas heredadas del viejo Estado, con las cuales no se podrá avanzar en la construcción del Socialismo, ya que por responder a una concepción individualista, que impulsa a los funcionarios al desmedido afán de lucro y no al servicio colectivo, en su conjunto deviene en un fin en sí mismo. En esta orientación, el Presidente ha propuesto —fundado en el Artículo 16 de la Constitución Nacional— la creación de los territorios o ciudades federales. Pero, a nuestra apreciación, sería más pertinente, para de verdad lograr la Explosión del Poder Popular en toda la sociedad venezolana y a un mismo tiempo, instituir en los niveles ya anunciados, las instancias de participación y decisión ciudadana, precisamente como la concreción del Poder Popular, del ejercicio directo y efectivo del poder por parte de los ciudadanos, y ya no con la intermediación de estructuras partidistas o burocráticas institucionales; y en ese sentido, lo contemplado sobre esta materia en el proyecto de Ley de Participación Ciudadana y del Poder Popular, podría servir de base para la formulación de estas nuevas estructuras. Quinto Motor: Explosión del Poder Popular.Si lo que realmente procuramos es el desm ontaje del viejo aparato político del país, para abrirle cauce a uno que otorgue el poder directamente al pueblo, resultará necesario suprimir las aún persistentes intermediaciones de las organizaciones políticas y de las estructuras burocráticas gubernamentales, entre el ejercicio del poder y el Pueblo, para que la Explosión del Poder Popular impulse la instauración de la hegemonía popular, ya activada con la creación de los consejos comunales, pero desarrollando dicha forma de participación y decisión ciudadana también en lo parroquial, municipal, regional y nacional, para reemplazar con ella las estructuras políticas de poder de la sociedad a superar en esos mismos niveles; y de igual manera, garantizándosele al pueblo que nunca más élite alguna —en su supuesta representación— lo desplace del poder. En esto, de manera responsable, habrá de considerarse igualmente la actual universalidad del voto presidencial, porque si no se establece de manera definitiva y para siempre el régimen del Poder Popular en Venezuela, que es la hegemonía popular : el Gobierno de las Mayorías, en este esfuerzo sólo lograremos, aunque con una segura historia romántica —pero también confiscando la esperanza de los pobres del mundo—, arar, otra vez, en el mar.